Al fallecer en 1833 el rey Fernando VII, la reina gobernadora vende la llamada Real Vacada a los Duques de Osuna y Veragua, quedando en 1849 como único propietario el Duque de Veragua, al separarse dicha sociedad.
Durante tres generaciones continuó la ganadería en manos de la ducal familia de Veragua (los Colón , denominados así por ser descendientes del descubridor).